Avenida Brasil llegó para cautivar a los televidentes cubanos

 Desde hace alrededor de dos meses que los cubanos disfrutamos de la telenovela Avenida Brasil, una de las de mayor audiencia en dicho país y en algunos de América Latina, y ya ha cautivado a muchos de nosotros. Mujeres y hombres que nunca se habían interesado por novelas, recesan cualquier tarea con tal de ver la televisión cerca de las nueve de la noche cada martes, jueves y sábado.
 El interés por este tema comenzó cuando me percaté que mi tío, que nunca había sido adicto a ninguna serie, me preguntó si había conseguido algún capítulo nuevo pues no podía esperar hasta la próxima transmisión de la Televisión Cubana.
 Resulta que como bien han publicado medios nacionales cubanos e internacionales, la serie ganó gran aceptación en Brasil durante su estreno pues, más que entretenimiento, se convirtió en la narrativa del país. Ha reflejado el momento que vive esa tierra sudamericana y la amplia brecha que existe entre ricos y pobres.
 Esta vez, el autor João Emanuel Carneiro se empeñó en resaltar los detalles de la pobreza extrema y las vidas reales de las personas. Los escenarios principales, el basurero e interiores de los hogares, muestran la diferencia que existe entre un poder adquisitivo y otro.
 Mientras que los de la clase baja no se conforman con tanta miseria y sueñan
con ascender en la escala social, la clase media lucha por conservar su estatus, imagen ante la sociedad y se caracteriza porque aunque con buenas posibilidades económicas, se empeñan en mantener la sencillez, humildad y apreciar lo bello de la vida.  La actriz Débora Falabella, quien encarna a Nina o Rita, es uno de los personajes protagónicos junto a Carmen Lucía o Carminha (Adriana Esteves), Jorgito o Batata (Cauã Reymond) y Tifón (Murilo Benicio), que luego de muchos años regresa de Argentina a su país natal para vengar la muerte de su padre. 
Carminha, ex madrastra de Nina y villana de la historia, vive en una mansión con su esposo Tifón, su hijo Jorgito y el resto de la familia. Todos ellos emergieron de una clase media, gracias a los éxitos de Tifón (futbolista retirado), sin embargo permanecen en el barrio suburbano y ficticio del Divino.
 Los miembros de la casa, apegados a sus raíces suburbanas, demuestran durante la trama lo imposible que resulta abandonar sus costumbres antañas y la gran familiaridad que les caracteriza, lo cual evidencia que nada tiene que ver un rol social con la educación de cada quien. Se trata más bien de que cada personaje se ajusta a su estatus social, aunque en ocasiones los instintos los traicionan.
 Si la serie ha tenido una favorable aceptación en nuestro país, se debe también a que compartimos muchas de los patrones que ahí se evidencian. Tal es el caso de la unión de la familia que caracteriza a los latinos, la alegría, la gesticulación al hablar, la soltura de las mujeres al caminar, entre otras más.
 
 El amor hacia los padres y los hijos se demuestra fuertemente en Nina por la necesidad de vengar la maldad de Carminha con ella y su padre. Por su parte, Carmen Lucía muestra que a pesar de hacer mal a todos y su desmedida ambición, es una leona que defiende, por encima de todo y todos, a su hijo. Es una villana quien sobrevivió a misteriosas adversidades en el pasado y logró ascender en la escala social gracias a su gran astucia.  
Carminha y Nina
  Sin embargo Nina, quien es víctima en la historia, se presenta como una mujer que cegada por el odio se convierte en una especie de malvada. Ella, quien también sobrevivió a innumerables infortunios provocadas por su madrastra, se decide a hacer justicia y sin importar cuánto mal pueda provocar en quienes la aman, se obsesiona en seguir adelante en su plan perverso contra Carminha.
 La actriz Adriana, quien interpretó a la despiadada madrastra, ha logrado cautivar al público. Su gran maestría en esta actuación, además de un reto para la artista, según declaró a medios de prensa, ha sido todo un éxito. Su desenvolvimiento, inteligencia para manipular y sobre todo sus elocuentes y encantadoras expresiones, hacen de ella un personaje empático con el público, capaz de atraernos.
 Carminha es una figura con quien nos sentimos a gusto. Por esto, por el amor a su hijo y porque todo lo que hace es por supervivencia, aprendemos a no criticarla ni juzgarla, sino a disfrutar cada escena de ella. Según declararon algunos medios, su papel en esta novela superó al de Flora, la malvada de La Favorita, transmitida por la Televisión Cubana hace algunos años y que también ganó gran aceptación en este público.
 La telenovela cuenta con un nuevo ritmo combinado con sorpresas en cada


capítulo que rompen la monotonía que han provocado otras teleseries brasileñas, transmitidas también en Cuba, y captar la atención tanto de jóvenes como de adultos. Tiene de todo un poco: enredos amorosos de la vida real de las personas, misterios y mucho entretenimiento.
 Las locuras de Carlitos con sus tres mujeres y el buen sentido con el que ellas
Verónica, Alexia, Carlitos y Noemia
toman cada desilusión del marido que todas comparten, hace que también nos sintamos a gusto con estos personajes a quienes tampoco criticamos. Aunque secundarios, el papel de estas féminas tiene mucho que ver con nuestra realidad en el sentido de que muchas cubanas sufren la traición y el abandono de sus parejas. Sin embargo, con Noemia, Verónica y Alexia se presenta otra versión diferente del machismo al que están sometidas las latinas. Esta vez la imagen de las féminas sobresale y con un sentido muy positivo de la vida.
 Si analizamos cada uno de los personajes y sus historias, podemos afirmar que el papel protagónico lo tiene el sexo femenino: Nina, Carminha, Lucinda y Suelen. Todas en general son supervivientes de la vida y de los infortunios de esta. Avenida Brasil nos presenta a personajes femeninos de carácter fuerte, hábiles, inteligentes, quienes aunque a veces se encuentran en situaciones adversas saben salir de estas con la cabeza bien en alto y sin pasar desapercibidas, muy similares a la mujer cubana de hoy. 
Avenida Brasil llegó para quedarse en nuestra mente, pues para nada es una novela común, sino una que tiene mucho que ver con la gente humilde, sencilla, trabajadora y de eso nosotros los cubanos y latinos todos, tenemos mucho. Solo resta aguardar a los próximos capítulos para ver qué otras sensaciones provoca en la sociedad cubana.

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